Partiendo de la base que todas y cada una de las personas con las que me relaciono tiene una percepción de la realidad diferente, la comunicación será dependiendo de la armonía que generemos.
"La armonía nace de la comunicación natural"
Y para que se produzca una comunicación natural es necesario que tanto el receptor como el emisor escuchen sin emocionalidad, se enfoquen en el contenido de la información y no se pierdan en la interpretación, que no se agarren a un prejuicio y puedan solicitar información añadida antes de enjuiciar o realizar una sentencia unilateral.
El ego de cada uno hace que como el caballo con anteojeras solo puedas enfocar en una parte de la información, de la conversación. En ocasiones viajando al pasado, creando un miedo de futuro, perdiéndonos de la perspectiva natural del presente.
Solo en el aquí-aquí del que nos hablaban los Taoistas se podrá percibir la realidad. Se refieren a la idea de estar completamente presente, en cada instante, con atención, en observación, sin distracciones ni preocupaciones externas. Atención a la respiración.
Dependiendo del nivel de energía, de la calidad sensorial,
del rasgo de percepción y la sensibilidad
al procesamiento de la información nos vamos conformando una realidad.
Y esta realidad se conforma por lo percibido exteriormente como con la propia percepción interna.
Si el ser vive en desequilibrio, esta percepción interna va a contaminar toda percepción externa, así como podría trasmitir vibraciones a las personas que estén cerca de ellos de baja frecuencia.
Bajo estas premisas, ¿Qué es una comunicación natural?
Es aquella que no produce ningún efecto secundario.
¿Cómo hablar para comunicar? ¿Cómo hablar para que el otro no se enganche?
Hablar para comunicar requiere de observación, escucha y reflexión. Toda comunicación natural requiere de un proceso interno natural.
En el momento que en la comunicación la respiración se altera, el corazón se acelera o el tono se eleva… por poco que sea, atención. Es tiempo de observar si lo que vas a decir genera armonía interna y externa.
¿Cómo hablar para que el otro no se enganche?
Esta es la parte más complicada, pues incluso cuando estás sereno, tranquilo, trasmites una información breve… el otro, desde su ego puede interpretar, agarrase a una palabra, engancharse a la emocionalidad… y diga lo que diga puede llevar a la desarmonía.
Esto es debido a que "la palabra tiene dos significados, dice el Dr. Cayo Martín, uno conceptual y otro es emocional y personal para cada persona".
Pero, dos no discuten si uno no quiere, es por esto por lo que cuando observes que el otro no te ha entendido, o lo que responde no se corresponde con lo comunicado, si su tono es de emocionalidad disparada… ahí te toca a ti la reflexión.
Esta reflexión ha de partir de una sonrisa interior, una observación del propio ego (comprueba que sigue encarcelado), un sentimiento de mente clara y de emocionalidad aplomada para descubrir si lo siguiente que puedas comunicar genera o no genera armonía.
Si digas lo que digas el otro está disparado y no va a entrar en serenidad, mejor se impecable y calla.
Y aunque dicen que el que calla otorga… ¿Qué otorga?
Otorga serenidad para poder en otro momento retomar el tema, para aclarar desde la calma, para cerrar el tema desde la serenidad.
Hacia la salud perfecta se puede llegar también desde la comunicación.
Cada día hay mensajes que pueden ser interpretados, en lugar de escuchados.
Cada día hay conversaciones que rebotan en nuestra cabeza haciendo que perdamos nuestro centro.
Cada día alguien puede decir eso a lo que puedes engancharte.
Y si has de engancharte mejor que sea a pensamientos positivos, a mensaje de luz y amor.
De mi ventana a tu ventana.
Desde mi mirada a tu mirada
Desde mi realidad a tu realidad
Desde mi aquí y ahora a tu aquí y ahora.
by Paz&PAS
by edicionestndr
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